El aparato permite analizar en tiempo real las condiciones geológicas de zonas potencialmente riesgosas
Las intensas lluvias y los huaicos siguen azotando el norte y el centro del país, generando alarma y miedo. El hashtag #PrayForPeru se volvió el día de ayer tendencia en Twitter, mientras que medios de comunicación locales e internacionales informaban sobre la complicada situación por la que pasa nuestra nación. Pero, ¿hay alguna forma de evitar que esta historia se repita?
Un grupo de ingenieros del Instituto Geofísico del Perú (IGP) cree que sí y, por ello, ha desarrollado un radar de apertura sintética (SAR, por sus siglas en inglés) capaz de anticipar en qué zonas se presentarán huaicos y deslizamientos.
“Nuestro objetivo principal es utilizar estos instrumentos para determinar si alguna montaña, ladera o zona particular está o no en peligro de deslizamiento”, explicó a El Comercio el ingeniero Marco Milla, director del Radio Observatorio de Jicamarca del IGP, quien, además, está a cargo del proyecto del radar SAR.
—Un concepto simple—
Se puede comparar el funcionamiento del radar SAR con los que utiliza la policía para controlar la velocidad en alguna vía: se apunta el vehículo y tras unos segundos aparece qué tan rápido pasó.
“En este caso también se envían las señales a través de la antena, pero contra una montaña y se mide la señal de retorno. Con esta información recopilada se construye la imagen de la montaña. Y, si comparamos varias imágenes de manera sucesiva, podemos determinar la estructura de la montaña. Si esta varía en el tiempo, es porque existe un peligro de deslizamiento”, detalla el ingeniero Milla.
Esta tecnología permite saber, en tiempo real, qué zonas de determinada localidad tienen más probabilidades de sufrir un deslizamiento. Con la información obtenida, las autoridades podrán tomar mejores decisiones preventivas.
De acuerdo con el ingeniero César de la Jara, otro de los investigadores del proyecto, “la instalación de los equipos en las zonas de monitoreo es limpia y no genera ningún tipo de polución. Las señales de radiofrecuencia empleadas son de una potencia muy baja y las antenas direccionales se enfocan a puntos pequeños”.
—A distancia—
El proyecto del radar SAR lleva tres años y está a cargo de ingenieros y tesistas, pertenecientes al IGP. El desarrollo se lleva a cabo en el radioobservatorio de Jicamarca.
Una de las principales ventajas del radar es que funciona de manera remota. Según los investigadores, se puede colocar a 500 metros o a 1 km de distancia de la zona por evaluar, de manera que no supone un riesgo para la seguridad de los trabajadores, además de funcionar incluso en zonas con problemas de accesibilidad.
En este momento se encuentran en la fase de validación del radar. Llevarán el equipo a alguna zona conocida por tener deslizamientos y que ya cuente con un inclinómetro, máquina que mide si hay movimiento en un determinado punto geográfico. “Queremos comparar los datos de ese instrumento con los del radar”, indica Milla.
Los investigadores seguirán probando el prototipo durante todo el año y esperan tener la versión final en el 2018.
EL COMERCIO
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