RMDestacan su labor como dirigentes de núcleos ejecutores, yachachiq y de sus emprendimientos productivos.
Las mujeres que habitan en las zonas rurales de la sierra y la selva y que participan en el proyecto Haku Wiñay/Noa Jayatai del Foncodes, programa nacional del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), son protagonistas del desarrollo, la seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza en sus comunidades.
Hoy, cuando se celebra el Día Internacional de la Mujer Rural, instituido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), su protagonismo es reconocido y se expresa de muchas maneras: en calidad de presidentas o tesoreras de los núcleos ejecutores, yachachiq, y también como líderes de diversos emprendimientos rurales inclusivos que reflejan el enfoque de género para la equidad de oportunidades promovidas por el Estado.
Tecnologías productivas
El panorama es alentador. Más de 90,000 mujeres de las zonas rurales en el país usan tecnologías productivas con resultados óptimos: cultivos agroecológicos en biohuertos, crianza tecnificada de animales menores, manejo de sistemas de riego por aspersión y de abonos orgánicos, uso de cocinas mejoradas que reducen la contaminación en el hogar y optimiza el consumo de leña, entre otros.
La venta de hortalizas y otros productos les posibilita que obtengan ingresos económicos, lo que reduce la presión de dependencia respecto a sus parejas y garantiza una mayor autonomía económica que ha contribuido con su capacidad de elección y decisión sobre el desarrollo de sus familias, afianzando el papel productivo que desempeña en el hogar.
Emprendedoras por naturaleza
Las mujeres rurales lideran sus emprendimientos, venden sus productos en las ferias locales y regionales, y han demostrado que administran mejor el dinero que ingresa al hogar, lo que aporta a mejorar su autoestima y a lograr una nueva dimensión económica y social.
En el Perú, las mujeres participan en 11,407 negocios rurales de los rubros agropecuario, agroindustrial y de servicios.
Los concursos de emprendimientos rurales inclusivos del proyecto Haku Wiñay son la oportunidad que muchas de ellas esperan para hacer realidad sus planes de negocios y conseguir la autonomía económica.
Estos negocios rurales representan el liderazgo, el esfuerzo y la creatividad de la mujer peruana, que participa, gestiona y conduce emprendimientos rurales, lo que mejora la economía local y la calidad de vida de sus hogares.
Entre el 2012 y el 2020, un total de 2,734 mujeres se han desempeñado como yachachiq, talentos rurales que proporcionan capacitación y asistencia técnica a los hogares usuarios en zonas rurales de la sierra y selva. Al igual que sus pares hombres, se levantan muy temprano, recorren largas distancias en moto hasta llegar a las comunidades donde se reúnen con las familias usuarias del proyecto Haku Wiñay/Noa Jayatai para capacitarlas en sus actividades productivas.
Capacidades
- La yachachiq mujer es una lideresa responsable de la transmisión de conocimientos “de campesina a campesina” sobre el uso de las tecnologías productivas; participan en procesos de fortalecimiento de capacidades que impulsa el Foncodes.
FUENTE El Peruano
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